ANA GEREZ-NUEVA YORK
La decisión de la retirada parcial de la ONU en Irak, anunciada hoy
por su portavoz, Fred Eckhard, se produce, además, cuando Estados
Unidos intenta convencer a los otros miembros del Consejo de
Seguridad de adoptar una resolución para reforzar el mandato de las
Naciones Unidas en Irak. En una primera reacción a la decisión de
Annan, el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, dijo que
EEUU comprende la preocupación de la ONU y sus razones al tomar
esta medida, pero la organización «tiene un papel vital que
desempeñar y queremos que continúen haciéndolo».
Actualmente, la organización tiene 86 empleados internacionales en Irak, frente a los aproximadamente 600 que había antes del atentado ocurrido el 19 de agosto pasado contra la sede de la ONU en Bagdad, en el que murieron 22 personas, entre ellas el representante especial de Annan, Sergio Vieira de Mello. El ataque llevó a que los responsables de la ONU solicitaran una investigación independiente y trasladaran buena parte del personal internacional a otras capitales de la región, sobre todo Amán, en espera de que la situación se estabilizara.
El pasado lunes, las instalaciones de la ONU volvieron a ser objeto de un atentado con coche bomba, que causó la muerte de un policía y heridas a una veintena de personas. El portavoz de Annan, Fred Eckhard, informó ayer de que se ha ordenado una retirada parcial y temporal del personal por recomendación del coordinador de seguridad de la ONU, Tun Myat, y en espera de que mejore la situación. Un número indeterminado de funcionarios será trasladado a Amán entre el viernes y el sábado, pero regresarán si las condiciones mejoran, indicó el portavoz.