El Gobierno de Estados Unidos clasificará desde el año próximo a los pasajeros de aerolíneas con tres colores según los supuestos grados de peligrosidad. El nuevo sistema de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA por su sigla en inglés) se aplicará probablemente desde el verano de 2004 en los más de 26.000 vuelos diarios en todo el país.
Desde los ataques terroristas del 11-S, perpetrados por comandos que tomaron el control de cuatro vuelos comerciales, el país ha gastado más de 9.000 millones de dólares para mejorar la seguridad del transporte aéreo. El sistema CAPPS II (por las siglas en inglés que corresponden a un sistema de control previo de pasajeros con ayuda de computadora), complementará al CAPPS I, desarrollado por las aerolíneas estadounidenses en la década de 1990 después que un grupo terrorista destruyó en vuelo un avión de PanAm sobre Lockerbie, Escocia.
El CAPPS I identifica a algunos viajeros como sospechosos sobre la base de algunas presunciones acerca de los hábitos de los terroristas: por ejemplo alguien que compra un pasaje de ida, pero no de vuelta, y paga con dinero en efectivo, en lugar de una tarjeta de crédito. CAPPS II cotejará la identificación de cada pasajero con los registros de actividades criminales y las listas de sospechosos compiladas por las agencias de espionaje, y asignará a cada viajero un color: verde, amarillo o rojo.