EUROPA PRESS-BAGDAD
Los grupos armados iraquíes de resistencia a la ocupación han
intensificado sus operaciones contra las infraestructuras, en una
aparente «estrategia del caos», con los recientes sabotajes contra
un oleoducto y una canalización de agua potable en Bagdad. Los
responsables militares de la coalición anglo-estadounidense, aunque
no han querido hablar de una nueva estrategia, sí han admitido que
la guerrilla ha pasado a una etapa superior, con ataques más
sofisticados y más eficaces que en los primeros días de
ocupación.
Los responsables militares estadounidenses y británicos han destacado la sofisticación creciente de los ataques contra sus soldados y las infraestructuras.
El principal portavoz militar estadounidense en Irak, el coronel Guy Shields, precisó que al tiempo que el número de ataques contra las fuerzas de ocupación ha alcanzado una media de 12 a 15 diarios, éstos son cada vez más precisos y eficaces.No obstante, los recientes sabotajes no demuestran de forma concluyente que se esté ante una nueva estrategia, a juicio de la coalición. Según un portavoz de las fuerzas británicas, encargadas de la comandancia al sur del país, «el ataque contra el oleoducto podría ser considerado tanto una tentativa fallida de robar petróleo para sacar provecho como un ataque contra la coalición y sus esfuerzos para reconstruir Irak». Al respecto, recordó los saqueos de gran envergadura y el robo del cobre de los cables eléctricos.