El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dio ayer por cerrada la brecha abierta entre la Casa Blanca y la CIA por las acusaciones falsas contra Irak después de que el director de la agencia de espionaje, George Tenet, asumiese el viernes la culpa por vincular a Irak con la compra de uranio en Àfrica. No obstante, desde Reino Unido se insiste en la veracidad de las acusaciones.
El director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), George Tenet, reconoció el viernes que ese organismo permitió que el presidente George W. Bush acusara a Irak de intentar adquirir uranio en Àfrica, sabiendo que la información era falsa.
El supuesto intento de compra de uranio en Níger y el programa de armas de destrucción masiva fueron algunos de los argumentos esgrimidos por Washington para invadir Irak y convencer a la opinión pública mundial de que el país árabe representaba una amenaza para la paz.