FRANCE PRESS-GAZA
La Intifada, que estalló a finales de septiembre de 2000, ha estado
marcada por varios intentos fallidos de alcanzar un alto el fuego,
ninguno de los cuáles recibió la aprobación de la Yihad y Hamás.
Ambos movimientos anunciaron la suspensión de los ataques «contra
el enemigo sionista» tanto en Israel como en los territorios
palestinos ocupados, a condición de que Israel ponga fin a su
«agresión».
Exigen además que el Ejército israelí se retire de las zonas ocupadas, que sean liberados más de 5.000 presos palestinos, y que se levante el «asedio impuesto al pueblo palestino y a Arafat.
Por su parte, Al Fatah, el movimiento de Arafat y de su primer ministro, Mahmud Abbas, anunció en otro comunicado que decretaba unilateralmente una tregua con Israel.
«Nosotros, en nombre del movimiento (Al Fatah), anunciamos a todos los países pacíficos y amantes de la libertad nuestro compromiso de respetar una tregua como lo estipula la iniciativa egipcia», señaló la nota de Al Fatah, principal componente de la Organización para la Liberación de Palestina.
Por su lado, un importante responsable israelí declaró que Israel no hará «ningún caso» a la tregua porque «se trata de un asunto interno palestino» y es la Autoridad Nacional Palestina (ANP) la que debe preocuparse de desarmar a las milicias. El Gobierno sostiene asimismo que la tregua es una «bomba de relojería».