M. CARMEN ROMERO-PORTO CARRAS
Los Quince examinaron ayer el primer bosquejo de la futura doctrina
europea de seguridad, a la manera de EEUU, que plantea la
posibilidad de que la Unión responda «con contundencia» a riesgos
como el terrorismo o la proliferación de armas de destrucción
masiva al margen de Estados Unidos. El primer boceto de la futura
Estrategia de Seguridad Europea, trazado por el Alto Representante
de la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE (PESC),
Javier Solana, fue examinado anoche por los ministros de Exteriores
de los países de la Unión y hoy será analizado por los jefes de
Estado y de Gobierno.
La UE debe «desarrollar una estrategia que favorezca la intervención temprana, rápida y, en caso necesario, contundente», destaca Solana en el documento «Una Europa segura en un mundo mejor», que servirá de base para que la Unión se dote, al igual que Estados Unidos, de una doctrina de seguridad a finales de 2003. El proyecto tiene como complemento otro plan estratégico, también obra de Solana, que los ministros aprobaron el lunes para luchar contra las armas de destrucción masiva.
En dicho plan no se descarta el uso de la fuerza, como último recurso y bajo el protagonismo de la ONU, para combatir esa proliferación si fracasa la vía diplomática. Esta nueva iniciativa no hace, sin embargo, una mención explícita al uso de la fuerza en caso extremo para afrontar las nuevas amenazas, como hubiera deseado Londres, para que «concite el acuerdo de todos» y los intereses de países más intervencionistas como el Reino Unido y tradicionales como Francia o Alemania.