EUROPA PRESS-JERUSALÉN
Hamas respondió ayer con virulencia al intento de asesinato de
Abdelaziz al Rantissi, enviando al centro de Jerusalén a un
terrorista suicida que hizo explotar su carga dentro de un autobús,
matando a al menos 16 personas e hiriendo a otras 93.
Inmediatamente después, reanudando el ciclo de violencia anterior a
la publicación de la 'Hoja de ruta', los 'Apache' israelíes
volvieron a intervenir en la franja de Gaza, matando a dos
activistas de la milicia y a seis personas más.
Con el proceso de desmantelamiento de asentamientos paralizado desde ayer por el Tribunal Supremo, y las amenazas de Hamás, que anunció su intención de continuar la lucha armada contra Israel, poco después de que el presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat, y el primer ministro palestino, Abú Mazen, llamaran a un alto el fuego en la región y solicitaran la presencia de observadores internacionales, un atentado suicida de grandes proporciones era lo único que faltaba para tirar por tierra el plan de paz del 'Cuarteto'.
Sin embargo, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, afirmó ayer que Israel «quiere proseguir el proceso político para asegurar la paz y la seguridad», aunque advirtió de que «seguirá luchando sin piedad contra el terrorismo, contra los que financian, encomiendan y ejecutan los atentados contra los judíos».
El balance de víctimas en Jerusalén es aún provisional, dada la gravedad de algunas de las víctimas, aunque por el momento se habla de 16 muertos y 93 heridos, uno de ellos en estado crítico y ocho en estado grave. El suicida, que murió en el acto, subió al autobús disfrazado de judío ultraortodoxo, e hizo explotar la carga.