EFE-NUEVA YORK/PARÍS
Sin excesivas concesiones, Estados Unidos y el Reino Unido
obtuvieron una amplia mayoría, con 14 votos a favor y ninguna
abstención, en la aprobación de la resolución. No obstante, no
obtuvo la unanimidad plena por la ausencia de Siria, país vecino de
Irak, que no se presentó a la votación y dejó su asiento vacío como
muestra de su desacuerdo, aunque un portavoz de la delegación alegó
falta de tiempo para estudiar la resolución. La aprobación de la
resolución «permite pasar una página en la historia y centrarnos en
la construcción del futuro no sólo de Irak, sino también de la
región», dijo ante el Consejo, tras la votación, el embajador de
Estados Unidos ante las Naciones Unidas, John Negroponte.
La resolución implica el levantamiento inmediato de las sanciones económicas a Irak impuestas hace trece, otorga un mandato indefinido a las fuerzas ocupantes hasta que no se establezca un «gobierno representativo» y les concede el control de los recursos petroleros iraquíes. «La resolución proporciona un marco legal flexible acorde con el capítulo VII de la Carta de la ONU», destacó Negroponte. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo en un discurso al término del debate y votación en el Consejo que los iraquíes «podrán recuperar su soberanía nacional y construir» un país «próspero y estable, en paz con sus vecinos».
«Cualquiera que fueran las diferencias del pasado reciente, tenemos una nueva base sobre la que trabajar. Y debemos trabajar muy duro, manteniendo al frente de nuestros esfuerzos los intereses de los iraquíes», dijo. «Nuestra labor más importante será asegurar que el pueblo de Irak (...) puede, en cuanto sea posible, formar un gobierno libre y representativo de su propia elección, a través de un proceso político transparente e imparcial», agregó.