Las elecciones legislativas en Bélgica registraron ayer el hundimiento de los «verdes» y el avance de los socialistas, que disputan el puesto de primera familia política del país a los liberales, con quienes podrían volver a gobernar. Los ecologistas (Ecolo y Agalev) resultan los únicos perdedores de la inédita coalición federal «arco iris» que ha gobernado en Bélgica desde 1999.
Los resultados provisionales confirman que los otros socios de gobierno -socialistas y liberaleshan aguantado muy bien la erosión del poder e incluso mejorado sus posiciones. El primer ministro saliente, Guy Verhofstadt, declaró sonriente que su partido es el vencedor de estos comicios, aunque admitió que en Flandes todavía «se libra una lucha particularmente ajustada por el primer puesto» entre el VLD y los socialistas del SP.A-Spirit.
Las últimas estimaciones, añadió, parecen confirmar que el VLD sube algo más del 2 por ciento y que, por lo tanto, «es la quinta vez que ganamos las elecciones» y la primera en la que triunfa un partido del primer ministro en ejercicio.
Los socialistas suben en toda Bélgica, con incrementos especialmente marcados en el caso del partido socialista flamenco, el SP.A, que acudió a estos comicios unido a Spirit, movimiento surgido de la escisión de los regionalistas flamencos de la Volksunie.En Valonia (sur) el éxito del partido socialista (PS) que dirige Elio di Rupo sitúa a esta formación como lista más votada de la región. El PS recupera las pérdidas sufridas en 1999 y supera el nivel de 1995, aumentando su distancia sobre los liberales del Movimiento Reformador (MR).
Por su parte, el MR, impulsado por el muy popular ministro de Exteriores, Louis Michel, se convierte en el primer partido de la región bilingüe de Bruselas. Junto al éxito socialista, las elecciones registraron un aumento significativo de la extrema derecha flamenca del Vlaams Blok y del Frente Nacional francófono.