MANUEL OSTOS-ARGEL
El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, destituyó ayer a su
primer ministro, Alí Benflis, en un gesto que se justifica por la
rivalidad anunciada entre los dos, hasta ahora unidos por una
estrecha amistad, ante los próximos comicios presidenciales. La
destitución de Benflis estaba cantada en los medios políticos
después de que éste, como secretario general del principal partido
del país, el viejo Frente de Liberación Nacional (FLN), diera a
entender que podría ser el candidato de esta formación en las
presidenciales del 2004.
El 18 de abril pasado, Benflis dijo públicamente que no tenía la intención de dimitir de su cargo, con el fin de acallar los rumores acerca de la rivalidad con el hombre que le puso al frente del gabinete ministerial. Pero este gesto de sumisión no fue lo suficientemente fuerte como para eliminar en el círculo de poder en torno a Buteflika el convencimiento de que Benflis había planificado postular a la máxima Jefatura del Estado, disponiendo de sólidos apoyos en el seno militar.
Argelia vive ya en un ambiente de campaña pre-electoral y Buteflika desea presentarse a su reelección, tal y como señaló durante la visita que realizó a este país el presidente francés, Jacques Chirac, en marzo pasado. «Yo sólo sé servir a mi país y si mis compatriotas lo desean seguiré sirviéndole en el puesto que ocupo, pero si debo partir, estén convencidos de que lo haré porque no voy a 'pegarme' al sillón presidencial», dijo entonces el actual hombre fuerte de Argelia.