El general estadounidense Jay Garner, gobernador «de facto» de Irak, dijo ayer en Bagdad que a finales de la semana próxima ya habrá una nueva administración con ministerios que tendrán personal iraquí pero supervisado por expertos de Estados Unidos.
Garner explicó en una rueda de prensa en la capital iraquí que en un primer momento estas funciones gubernamentales contarán con el trabajo conjunto entre iraquíes y estadounidenses, así como de expertos de otros países.
«Cuando los propios iraquíes estén dispuestos a asumir la gestión, se la cederemos», declaró Garner, quien dijo que «es muy importante que la gente vuelva al trabajo, especialmente los que están en el servicio público».
En cuanto a qué personal estará en condiciones de prestar sus servicios, Garner aseguró que se identificará «a cualquiera que fue compinche de Sadam Husein o violador de derechos humanos, que será descalificado». En la reunión con la prensa en Bagdad, el general retirado que se encarga de las tareas de reconstrucción de Irak, aseguró que los ingresos petroleros obtenidos por el país serán destinados a los trabajos destinados a reparar los daños provocados por la guerra.