El presidente de Estados Unidos, George W. Bush reveló ayer que Washington «cree en la presencia de armas químicas en Siria» y advirtió que Damasco «debe cooperar» con Washington en sus esfuerzos por terminar con el régimen de Sadam Husein.
«Creemos que hay armas químicas en Siria», dijo Bush a la prensa en la Casa Blanca.
Estados Unidos puso un dedo de advertencia a Siria, al señalar además que las fuerzas de Estados Unidos han enfrentado a ciudadanos sirios en combate en Bagdad y que altos dirigentes iraquíes han huido hacia ese país vecino de Irak.
«Siria está cometiendo muchos errores», juzgó el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, en una advertencia apenas velada.
Varios altos responsables estadounidenses acentuaron ayer la presión sobre Damasco, como ya lo habían hecho los últimos días al acusar a Siria de facilitar la huida de responsables del régimen iraquí o de haber provisto de material militar a las fuerzas iraquíes.
«Iraquíes han entrado en Siria, algunos se quedaron allí y otros sólo fueron de paso», afirmó Rumsfeld al expresar su deseo de que Siria «no se convierta en un remanso para los criminales de guerra y terroristas».
El secretario de Estado Colin Powell, consultado ayer por la cadena BBC, se hizo eco de esas sospechas. «Pensamos que no sería para nada prudente si de repente Siria se convierte en un remanso para todas las personas que deberían ser llevadas ante la justicia y que intentan escapar de Bagdad», declaró.
La embajada siria en Washington rechazó las acusaciones estadounidenses al calificarlas en el marco de una «campaña de desinformación».
«Primero lo primero. Estamos en Irak ahora», dijo Bush ayer al reiterar que Estados Unidos «espera cooperación» de parte de Siria.