EFE-DOHA
La guerra en Irak tiene cada vez más frentes, ya que a los avances,
los bombardeos y las ciudades sitiadas se han unido la peligrosidad
de los controles de carretera y la actuación de los «voluntarios»
dispuestos al ataque suicida.
Los «Fedayin de Sadam» afirmaron ayer haber matado a 23 soldados estadounidenses y británicos en las últimas 48 horas en combates registrados en seis provincias distintas de Irak. La televisión oficial iraquí emitió un comunicado de los 'fedayín' en el que aseguran que «desde la tarde del domingo hasta la tarde de hoy (ayer)» han acabado con la vida de 23 soldados enemigos y han destruido 35 tanques y 6 blindados, además de derribar un helicóptero.
Fuertes explosiones de misiles se oyeron en la noche del lunes en la capital, donde volvieron a ser alcanzados edificios oficiales como el Palacio Presidencial, a orillas del río Tigris.
El Séptimo Regimiento de Caballería acorazada, que constituye la vanguardia de la Tercera División de Infantería Mecanizada de Estados Unidos, libra intensos combates con la División Medina de la Guardia Republicana (la unidad de elite del Ejército iraquí) al norte de la ciudad de Kerbala. Fuentes militares norteamericanas indicaron que numerosos efectivos de la Guardia Republicana se han rendido. Las divisiones Medina, Hamurabi y Al Nida (estas últimas en los extremos noreste y noroeste de Bagdad) están integradas en total por unos 50.000 soldados.
Según los datos de que disponen los servicios de información militar, unidades adicionales de la Guardia Republicana podrían estar desplazándose desde el norte de Kerbala hacia Bagdad, en un movimiento de repliegue táctico. Se están empleando carros de combate, artillería pesada, helicópteros artillados y apoyo aéreo.
También se han producido fuertes combates en las cercanías de la histórica ciudad de Babilonia, a unos 20 kilómetros al sur de Kerbala. Según el general Vincent Brooks, los bombardeos se están viendo facilitados por las informaciones proporcionadas por un general iraquí detenido. En esta ciudad de la orilla oriental del Éufrates y en la vecina ciudad de Safrah, un total de 12.000 «marines» (5.000 de ellos enviados como refuerzo) combaten con las fuerzas iraquíes, en algunas ocasiones casa por casa, para hacerse con el dominio de una zona vital para las comunicaciones de la capital iraquí con el sur.