El presidente George W. Bush, cuyo liderazgo en la crisis de Irak cuenta con el respaldo mayoritario de EEUU, reiteró ayer que la guerra es «justa» y que, cuando el conflicto termine, Washington cumplirá con sus compromisos de reconstrucción.
En su tradicional discurso radiofónico de los sábados, el presidente insistió en que la misión que tienen las fuerzas de EEUU y el Reino Unido en Irak es clara: desarmar a Irak, terminar con el apoyo de su líder al terrorismo y liberar al pueblo iraquí.
Bush no dudó en afirmar que «el futuro de la paz y las esperanzas del pueblo iraquí dependen ahora de nuestras fuerzas que están luchando en Oriente Medio» y destacó que el ejército estadounidense se está comportando «de acuerdo con su más alta tradición».
Los soldados de EEUU están llevando a cabo su tarea «con habilidad y valentía y con los mejores aliados a su lado», dijo Bush que destacó que en la coalición que se ha formado en Irak participan más de 40 países.
«En cada etapa de este conflicto, el mundo verá tanto el poder de nuestras Fuerzas Armadas, como el espíritu honorable y decente de los hombres y mujeres que en ellas sirven», dijo Bush asegurando que estas fuerzas «se enfrentan a enemigos que no respetan las convenciones de guerra ni las reglas de la moralidad».
Bush afirmó que «oficiales iraquíes han colocado tropas y equipos en áreas civiles, para usar hombres, mujeres y niños inocentes como defensas para el Ejército del dictador» y destacó que «las fuerzas de la coalición harán todo lo posible por salvar del mal a civiles inocentes».El presidente, como lo ha repetido desde que comenzó la guerra, advirtió de que la campaña en curso «podría durar más y ser más difícil de lo que algunos piensan», pero reiteró que EEUU mantendrá su compromiso.
El presidente dijo que EEUU entró en este conflicto «con renuencia, pero con un propósito claro y firme» para garantizar que EEUU y sus aliados «no vivirán a merced de un régimen despiadado que amenaza la paz con armas de destrucción masiva».
Por ello, una vez llegado el conflicto, Bush dijo que «la única forma de limitar su duración es aplicando la fuerza decisiva».