El Ejército norteamericano lanzó ayer por sorpresa una importante operación contra extremistas islamistas en el sur de Afganistán, cerca de la frontera paquistaní. Según indicó un comunicado del cuartel general del contingente norteamericano en Afganistán, la operación empezó al amanecer e involucró a la aviación y a tropas aerotransportadas. Más de un millar de soldados comenzó esta nueva ofensiva, denominada «Operación Ataque Valeroso», en busca del líder terrorista Osama Bin Laden y de miembros de Al Qaeda y talibanes en el sureste de Afganistán. Este ataque ha coincidido con los primeros bombardeos estadounidenses sobre Irak.
«Los White Devils de la Combined Task Force 82 empezaron la operación 'Ataque Valeroso' a las seis de la mañana, hora local (02.00 hora española), con una campaña de la aviación», según el comunicado. Este ataque, precisa el texto, consiste en «operaciones ofensivas al sur de Kandahar», la gran ciudad del sur de Afganistán, que fue bastión del régimen talibán. El coordinador de la política estadounidense para Afganistán, David Johnson, justificó ayer esta acción y aseguró en Viena que su país no se distraerá por la guerra en Irak y que seguirá liderando la reconstrucción del país de Asia Central. «La guerra en Afganistán aún no ha terminado», dijo Johnson, y recordó que EEUU tiene actualmente unos 10.000 soldados destacados allí.
Johnson manifestó que EEUU no está «haciendo el trabajo de reconstrucción en lugar de los afganos, sino que está ayudando a las autoridades locales en sus esfuerzos». Para ello, Washington invirtió el año pasado unos 570 millones de dólares y este año aumentará su aportación hasta los 820 millones, señaló el funcionario, ex embajador de su país en Viena ante la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Johnson mencionó también la colaboración de Alemania y Holanda, cuyos ejércitos lideran la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán, mientras que Gran Bretaña encabeza la lucha contra el narcotráfico en el país.