De los varios planes mencionados por fuentes del Pentágono desde que EEUU se planteó esta guerra como una posibilidad real, el que tiene más probabilidades de ponerse en marcha es el que recurrirá al «pavor y sobrecogimiento» del enemigo.
La idea es que la descarga del más avanzado poderío tecnológico de EEUU provoque en los mandos militares iraquíes la misma sensación que sobre los japoneses dejó, en 1945, el estallido de una bomba atómica: pavor y sobrecogimiento que sólo dejan paso a la rendición.
La disposición del presidente estadounidense, George W. Bush, a emprender una guerra contra Irak ha recibido el respaldo de Japón y Australia, además del de sus aliados Reino Unido y España, pero se ha topado en las últimas horas con el rechazo de Canadá.