FRANCE PRESS-EFE
Rusia y Francia anunciaron ayer oficialmente que vetarán una
resolución que autorice una guerra contra Irak en el Consejo de
Seguridad, donde la tensión es extrema ante la proximidad de la
votación del proyecto patrocinado por Washington, Londres y Madrid.
El presidente francés Jacques Chirac anunció anoche que Francia
votará 'no' -lo que equivale a un veto automático- a una nueva
resolución de la ONU sobre Irak «cualesquiera que sean las
circunstancias». «Francia no aceptará y por tanto rechazará» una
resolución que autorice el uso de la fuerza contra Irak, dijo el
presidente francés.
En tanto, el ministro de Exteriores ruso, Igor Ivanov, indicó que su país hará uso de su derecho a veto si se adopta la nueva resolución, y estimó que la pretensión estadounidense de imponer un régimen democrático en Irak estaba «condenado al fracaso». Se requieren nueve votos de los 15 integrantes del Consejo y ningún veto para que la resolución -que fija un plazo hasta el 17 de marzo para el desarme pacífico de Irak- sea aprobada.
Casi inmediatamente después de las declaraciones rusas se produjo la respuesta de Estados Unidos. El portavoz del mandatario George W. Bush, Ari Fleischer, indicó que «el presidente estaría decepcionado» si uno o varios países vetan la resolución. La votación en el Consejo de Seguridad sobre el proyecto de resolución podría ocurrir en «dos o tres días», dio a entender ayer el departamento de Estado.
«El voto tendrá lugar esta semana pero no puedo decirles qué día», aseguró por su parte Fleischer, quien precisó que Bush iba a multiplicar las entrevistas telefónicas con dirigentes de países miembros del Consejo de Seguridad. Bush se comunicó con los líderes de China, Japón, Omán y Sudáfrica ayer en una batalla para buscar el respaldo a la nueva resolución. Mientras, Powell continuó su maratón diplomática, al llamar a altas autoridades de México, Pakistán y Angola y reunirse con el canciller de Guinea, François Ousseynou Fall.