Estados Unidos enviará otros 60.000 militares a la zona del Golfo Pérsico en las próximas semanas, entre ellos dos nuevas divisiones pesadas, lo que llevará el total de tropas desplegadas a unos 310.000 hombres. El Pentágono informó ayer de que se han dado órdenes de despliegue a la primera División Acorazada, integrada por unos 26.000 hombres.
Dos brigadas de esa división tienen su base en Wiesbaden (Alemania) y una tercera se encuentra en Fort Riley (Kansas). La movilización de esa unidad se suma al envío de la primera División de Caballería, con sede en Fort Hood (Texas), que recibió sus órdenes de despliegue en la tarde del lunes.
Esta división, de unos 16.000 hombres, será reforzada con otros 7.000 reservistas, según indicaron ayer fuentes de la unidad. Otras unidades movilizadas incluyen el segundo Regimiento de Caballería Acorazada, de Fort Polk (Luisiana), con unos 10.000 militares, así como otros contingentes menores.
Fuentes militares señalaron que se trata de «fuerzas de seguimiento» que no participarían en un eventual ataque directo a Irak. Mientras tanto, la cuarta División de Infantería sigue aguardando la decisión que pueda tomar Turquía para desplegarse finalmente en su territorio o emprender viaje hacia otro punto de la región.
Estados Unidos ha movilizado a unos 250.000 hombres como parte del dispositivo militar montado en torno a Irak, de los que unos 215.000 se encuentran directamente en el Golfo Pérsico. El rechazo en el Parlamento turco al despliegue de tropas estadounidenses en Turquía va a forzar a Estados Unidos a «reajustar sus planes», pero no le impedirá «alcanzar sus objetivos», declaró ayer el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell.
Tras reconocer la «decepción» que ha causado en Washington la decisión del Parlamento turco, advirtió en una entrevista con la cadena de televisión británica 'Channel Four' de que, en cualquier caso, las autoridades militares norteamericanas «cuentan con alternativas que garantizan que podremos realizar esta misión de una forma eficaz y alcanzar nuestros objetivos», subrayó Powell.
«El tiempo apremia. Esperaremos a ver lo que (los inspectores) dicen el viernes y en un futuro no muy lejano. No hablamos de un período largo. No quiero pronunciarme definitivamente sobre un período dado», afirmó. «Creo que la semana próxima deberemos reflexionar muy seriamente sobre cuál será la próxima etapa», añadió.