EFE-EGIPTO
La Liga Arabe concluyó ayer una agitada cumbre marcada por la
polémica y resuelta con un comunicado final de compromiso en el que
se subrayó que la ONU y el respeto a la resolución 1441 del Consejo
de Seguridad son el camino para resolver de forma pacífica la
crisis iraquí.
Tras ocho horas de intensos debates donde asomaron algunos «trapos sucios» que amenazaron con convertir la reunión en un sonoro fracaso, los 22 países de la Liga subrayaron su oposición a un ataque contra cualquier miembro de la organización, y por vez primera incluyeron explícitamente el nombre de Irak.
El rechazo a la agresión fue uno de los párrafos más relevantes de un comunicado de seis puntos en el que se resaltó que ningún país árabe participará en una agresión a Irak, pero en el que se obvió el controvertido préstamo de territorio a EE UU.