EFE-EGIPTO
Los países árabes apostarán por la diplomacia para tratar de
maquillar sus agudas diferencias sobre la crisis iraquí y llegarán
a un acuerdo de compromiso para establecer un comité cuya misión
será buscar en la escena internacional una solución pacífica al
conflicto de Irak. La formación de este comité figura en el
borrador que será presentado en la Cumbre que los jefes de Estado
de los 22 países de la Liga Arabe celebran hoy. Ni la presencia de
la delegación iraquí más importante en los últimos trece años, ni
la decisión de Irak de aceptar las exigencias de la ONU han podido
evitar una nueva fractura de los árabes, divididos en tres
corrientes de opinión.
Por una parte, el denominado «sector duro», encabezado por Siria y el Líbano, quiere que el foro envíe un duro mensaje de advertencia a EE UU que sirva para frenar sus ambiciones imperialistas en la región. El sector moderado, liderado por Jordania y Egipto, además de Arabia Saudí, tradicionales aliados de Washington, se conforma con expresar una firme postura de respaldo a la paz. El destino de Sadam es otro de los temas espinosos, más cuando EE UU afirma que su renuncia podría resolver la crisis. Sin embargo, los árabes en pleno, a excepción de Kuwait, se han rebelado contra esta postura.