El primer ministro israelí, Ariel Sharón, quien tiene previsto anunciar el lunes su nuevo ejecutivo al Parlamento, ha conmocionado el sistema político israelí al dejar a Benjamín Netanyahu fuera de la cartera de Exteriores.
Términos como «traición», «trampa» o «truco sucio» son algunos de los calificativos usados ayer por los seguidores más fieles de Netanyahu para definir la decisión de Sharón a fin de quitarle, a último momento, la prestigiosa cartera de Exteriores. Entrampado entre las exigencias de uno y otro político, y las promesas de remunerar a sus allegados, Sharón se ha visto contra las cuerdas para satisfacer a todos los dirigentes de su partido, el Likud, y hacer el siempre problemático reparto.
Así, ha ofrecido a Netanyahu, su ex rival por el liderazgo del Likud, la cartera de Finanzas, una de las más polémicas debido a los recortes presupuestarios que deberá efectuar para paliar la crisis económica, lo que le garantizaría el rencor de sus colegas y de la población. Benjamin Netanyahu, que sigue aspirando a liderar el Likud en el futuro y conoce las consecuencias públicas de esa cartera, le contestó en principio que no, pero después dijo que lo reconsideraría.
A lo largo de la jornada observadores locales se mostraron sorprendidos de la maniobra de Sharón, y consideraron que su objetivo era quitarse de en medio a Netanyahu. Pero la Oficina del primer ministro dio a conocer el contenido de una carta enviada a Netanyahu en la que Sharón le ofrece asimismo el cargo de viceprimer ministro y ser miembro del Gabinete reducido para Asuntos de Seguridad, por lo que aparentemente la oferta no tendría «malas intenciones». «En las circunstancias que vive el país, el primer ministro considera la cartera de Finanzas una de las más importantes, y el Sr. Netanyahu tiene el talento, experiencia y habilidad para cumplir con éxito esa función», decía el comunicado de la oficina de Sharón.
Pero los seguidores del ministro saliente de Exteriores siguen viendo una «traición» el hecho de que Sharón rompiera un pacto entre caballeros de dejar la diplomacia israelí en sus manos, y que pasa ahora a las de Silván Shalom, ministro saliente de Finanzas. El ministro saliente israelí de Asuntos Exteriores, Benjamín Netanyahu, ha aceptado bajo ciertas condiciones la cartera de Finanzas en el próximo gabinete de Ariel Sharon, según informó ayer por la noche la televisión pública israelí.Si Netanyahu hubiera rechazado la oferta que le ha hecho el primer ministro, el Ministerio de Finanzas estaría dirigido por Ehud Olmert, quien renunció esta semana a la alcaldía de Jerusalén para engrosar las filas del nuevo Ejecutivo. Olmert dirigió la campaña de Sharón en las últimas elecciones y es uno de los «delfines» del primer ministro. Sharón informó a la Presidencia del Estado de que ya ha formado su Gobierno y que lo presentará al Parlamento el próximo lunes.