ANA GEREZ-NUEVA YORK
La división en el Consejo de Seguridad de la ONU persiste sin
ningún tipo de cambio entre los países que piden proseguir con las
inspecciones en Irak y los que insisten en que el tiempo se ha
agotado. Ayer se escenificó de nuevo la división, aunque los
partidarios de atacar se quedan cada vez más aislados. Lo más claro
fue que la política de Estados Unidos recibió un duro revés.
El presidente de la Comisión de las Naciones Unidas para la Inspección, la Vigilancia y la Verificación (UNMOVIC), Hans Blix, y el director del Organismo Internacional de la Energía Atómica (AIEA), Mohamed El Baradei, destacaron que no hallaron armas de destrucción masiva y que, si Irak colabora, el trabajo de los inspectores puede ser de corta duración.
El debate abierto celebrado ayer deparó pocas sorpresas. Estados Unidos, Gran Bretaña, España y Bulgaria insistieron en que Irak no ha cooperado como se esperaba y mantuvieron sus amenazas de recurrir a la fuerza, algo que rechazaron categóricamente Rusia, Francia y China para los que esta opción es sólo posible cuando se haya agotado completamente la vía diplomática.
Para estos últimos países, Irak ha dado señales de cooperación y las inspecciones están «dando frutos», según palabras del ministro francés de Exteriores, Dominique de Villepin, quién en un momento determinado fue muy aplaudido lo que causó cierta sorpresa e la sala. Villepin pidió una nueva reunión ministerial el 14 de marzo para volver a evaluar la situación.
«Estimaron que se debe dar tiempo a los expertos de UNMOVIC y de la OIEA, ya que cualquier intervención militar tendría consecuencias muy graves en una región frágil», apuntó el ministro ruso de Exteriores, Igor Ivanov. China se unió a sus voces. El ministro Joschka Fischer, cuyo país ejerce la presidencia de turno del Consejo, advirtió de que «una acción militar será terriblemente peligrosa no sólo por las pérdidas humanitarias, sino por lo que puede afectar a la estabilidad de la región».
Evitar la guerra
Francia, Rusia y China, que junto con EEUU y Gran Bretaña son
miembros permanentes del Consejo con poder de veto, estiman que se
deben utilizar todos los medios posibles para evitar la guerra. En
favor de dar más tiempo a los inspectores se manifestaron casi
todos los miembros del Consejo, incluidos México y Chile, que
subrayaron la necesidad de que Irak incremente la cooperación, algo
en lo que están de acuerdo todos los países partidarios de insistir
en la vía pacífica.
Para Estados Unidos, sin embargo, lo que el mundo necesita en estos momentos no son más inspecciones, sino que Irak «cumpla inmediata, activa, plena e incondicionalmente» con las resoluciones de Naciones Unidas. El secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell, dijo que «la democracia no tiene que tener miedo de asumir sus responsabilidades» y, aunque reconoció mejoras en el acceso de los inspectores, estimó que no es suficiente ni sustancial y que Irak «está jugando» y tendiendo «trampas» a la comunidad internacional para evitar sus obligaciones.
Powell reiteró que «Irak tiene vínculos con organizaciones terroristas» y comentó que «hasta el día de hoy no hemos visto el nivel de cooperación que esperábamos», algo en lo que coinciden España y Gran Bretaña.