El presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó ayer en Berlín que «por ahora» no ve razones que justifiquen un ataque a Irak y, tras expresar su «simpatía» por las posiciones pacifistas de Francia y Alemania, dijo que la solución al conflicto iraquí debe salir de la ONU.
«Estamos convencidos de que la crisis de Irak tiene una solución pacífica y que el uso de la violencia será fatal para millones de inocentes y para la estabilidad en la región», dijo Putin al término de una entrevista con el canciller Gerhard Schröder.
Ambos mandatarios hablaron en Berlín de la cuestión iraquí por espacio de una hora, pero ninguno confirmó que sobre la mesa haya una propuesta franco-alemana sobre cómo desarmar a Irak pacíficamente.
El ministro de Defensa alemán, Peter Struck, había confirmado la existencia de un plan franco-alemán en los términos revelados por el semanario «Der Spiegel», pero el ministerio francés de Asuntos Exteriores lo negó después, lo que ha creado cierta confusión.
Schröder, por su parte, se negó a calificar de «plan secreto» el proyecto franco-alemán para llegar a una solución pacífica a la crisis iraquí, explicando, al igual que los dirigentes franceses, que se trata de propuestas.
Bélgica, que se opone a un conflicto precipitado en Irak, se sumó también al proyecto franco-alemán mencionado por Berlín para enviar cascos azules de la ONU a Bagdad y anunció que utilizará su derecho de veto para oponerse a Estados Unidos si este país presiona a la OTAN para que le apoye en caso de intervención militar.
Francia, Alemania y Bélgica bloquearán hoy en la OTAN la adopción de las peticiones estadounidenses para una eventual guerra en Irak, según fuentes diplomáticas europeas.
El secretario de Estado de EE UU, Colin Powell, dijo que la propuesta franco-alemana «no soluciona el problema. Éste no es el momento de dar marcha atrás», y afirmó que la crisis no puede solucionarse ya con más inspecciones.