Los resultados de los sondeos realizados a pie de urna confirman todos las encuestas de los dos últimos meses, con una única excepción, el frente pacifista Méretz que tendrá únicamente entre 5 y 7 diputados y el fuerte ascenso de ultraderechista pero pacifista partido Shinui con 15 escaños, según los estudios del Canal 1 y del Canal 2 de televisión respectivamente.
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, sin duda seguirá en su cargo de confirmarse los resultados. La victoria cantada del Likud se ha confirmado y según uno de los sondeos incluso se ha visto fortalecida en comparación con las encuestas, ya que en la decimosexta legislatura tendrá 36 parlamentarios. En la decimoquinta legislatura el Likud tuvo 19 escaños.
Dicha cifra concede a Sharon un relativamente holgado margen de negociación para formar una coalición de gobierno, ya que en todas las opciones barajadas superará los 70 del total de 120 diputados. No obstante, el primer ministro ha anunciado que su intención es convocar al Partido Laborista a un gobierno de unidad nacional.
El Partido Laborista, que hace unos meses eligió a un nuevo líder, Amram Mitzna, de orientación pacifista, ve reducido su poder parlamentario de 26 a tan sólo 18, lo que puede ser un obstáculo para las intenciones de Sharon ya que son los peores resultados de su historia. Mitzna deberá ahora decidir si cumple su promesa electoral de quedarse en la oposición, junto con Méretz y los Partidos Arabes, formando un bloque de 33 a 36 diputados, ya que los tres partidos árabes (Lista Arabe Unida, Jadash y Balad) han obtenido en su conjunto alrededor de 10 parlamentarios. Mitzna aseguró anoche que no formará parte de un gobierno de unidad nacional.
En cuanto a los ultraortodoxos, los de origen aszkenazí (noreuropeo), el Judaísmo Unido de la Biblia, han obtenido sus habituales 5 diputados, mientras que los sefardíes del Shas ven reducido su poder de 17 a 14 escaños, resultado del cambio de sistema electoral a una papeleta y no de una pérdida de electorado. Frente a ellos su más directo rival, un eufórico líder de Shinui, el periodista Tomy Lapid, que anunció ayer que su partido «cambiará la sociedad israelí».
Los observadores locales resaltaban anoche la radicalización que ha sufrido la sociedad israelí tras el fracasado proceso de paz de Oslo y dos años de Intifada, ya que hace exactamente 10 años esa misma sociedad dio al después asesinado Isaac Rabin y a la izquierda la mayoría parlamentaria para gobernar. De confirmarse los resultados, y si los laboristas permanecen en la oposición, Sharon aún podrá formar una coalición con los partidos nacionalistas y los ortodoxos de nada más y nada menos que 70 de los 120 parlamentarios.