EFE-DAVOS
Suiza propuso ayer a Estados Unidos organizar una reunión de
mediación en un último intento de evitar la guerra con Irak. La
ministra suiza de Asuntos Exteriores, Micheline Calmy-Rey, hizo
este ofrecimiento a su homólogo estadounidense, Colin Powell, en
una reunión que mantuvieron en el marco del Foro Económico Mundial
de Davos (Suiza). Ginebra ya fue el escenario de una reunión
similar, que resultó infructuosa, en 1991 en vísperas del inicio de
la Guerra del Golfo. «Incluso si Suiza es un país pequeño, debe
hacer todo lo posible para evitar un conflicto y una catástrofe
humanitaria», agregó la ministra, que señaló que el Gobierno
helvético se comprometerá en particular en el marco de Naciones
Unidas.
La responsable suiza advirtió también a Powell sobre las desastrosas consecuencias humanitarias que tendría una guerra con Irak. El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, se ha mostrado «muy receptivo» a los argumentos de Suiza, según Calmy-Rey, que además le aseguró que Washington hace todo lo posible por evitar la guerra. Mientras, los ministros de Petróleo y Energía de Arabia Saudí y Qatar afirmaron en Davos que el suministro de crudo estará absolutamente garantizado en caso de que se produzca una guerra en Iraq y que se paralice la producción en este país. En una sesión sobre seguridad energética en el Foro Económico Mundial de Davos, tanto el ministro del Petróleo de Arabia saudí, Ali bin Ibrahim Al-Naimi, como el de Energía de Qatar, Abdulla bin Hamed Al-Attiyah, señalaron que es «razonable» la preocupación de los consumidores pero no hay que sembrar un pánico innecesario.
El ministro saudí recordó que en los últimos 10 años ha habido una importante cooperación entre productores y consumidores para lograr estabilidad en el mercado y siempre que se ha producido un problema con la producción de Iraq, ha sido Arabia Saudí la que ha cubierto sus cuotas de producción. De otra parte, la manifestación contra la globalización convocada ayer en Davos con motivo de la reunión de dirigentes políticos y empresariales en el Foro Económico Mundial resultó frustrada por los severos controles policiales para el acceso a esa localidad alpina. Sólo unas 700 personas pudieron participar en la manifestación en la que varios participantes criticaron abiertamente la política de EE UU y la amenaza de Bush de lanzar una ofensiva contra Irak, país al que acusa de esconder armas de destrucción masiva.