Miles de opositores venezolanos iniciaron ayer una vigilia de 24 horas en Caracas en protesta por la suspensión del referendo consultivo no vinculante sobre la renuncia voluntaria del presidente Hugo Chávez. Desde el mediodía, los simpatizantes de la oposición comenzaron a reunirse en la neurálgica autopista Francisco Fajardo -que une al oriente y occidente venezolano- a la altura de Altamira, feudo opositor en la capital.
Con pancartas con mensajes como «Prefiero marchas que volver a nadar», los manifestantes llegaban a Altamira en grupos que, banderas en mano, coreaban los tradicionales gritos «Ni un paso atrás» y «Chávez vete ya». Los organizadores han anunciado que la «megaconcentración» reunirá «durante 24 horas a más dos millones de personas», convocadas para protestar «por el robo» del referendo consultivo, que había sido convocado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para el 2 de febrero. El Tribunal Supremo de Justicia ordenó el miércoles la suspensión cautelar de la consulta popular no vinculante, solicitada por la oposición el 4 de noviembre con el aval de más de dos millones de firmas.
Las medidas cautelares judiciales incluyen la prohibición de organizar proceso electoral alguno en Venezuela «hasta tanto» el TSJ resuelva un recurso que pide aclarar la legalidad de la reincorporación del dirigente opositor Leonardo Pizzani como integrante de la dirección del CNE. De otra parte, el «Grupo de Amigos» de Venezuela enviará la próxima semana una misión de alto nivel a Caracas para estudiar la situación en ese país, cuya actual crisis política es un «problema de gran urgencia y es necesario actuar inmediatamente». Así queda expresado en una declaración conjunta emitida ayer tras la primera reunión del Grupo, formado EEUU, España, Brasil, México, Chile y Portugal, en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington.