La economía de EE UU perdió en diciembre 101.000 puestos de trabajo, lo que cerró un año muy negativo para el empleo, que se mantiene en el 6% de la población activa, anunció ayer el Gobierno. La pérdida de puestos de trabajo fue la mayor desde febrero pasado, cuando las empresas prescindieron de 165.000 empleados, y supuso que la economía estadounidense perdiera un total de 181.000 empleos durante 2002, según las cifras del Departamento de Trabajo.
Los datos de ayer confirmaron un año gris para el empleo en EE UU, que comenzó el año con un índice de desempleo del 5,6% y lo cerró en el 6%, que repite la cifra de noviembre. El Gobierno recibió los datos con preocupación, pero los aprovechó para pedir una rápida aprobación del plan de estímulo económico que presentó el martes pasado el presidente estadounidense, George W. Bush.
Bush «pide al Congreso que actúe tan rápidamente como pueda para aprobar» las propuestas económicas, señaló el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, quien definió el plan presidencial, basado en reducciones de impuestos, como una «iniciativa para la creación de empleos». La secretaria de Trabajo, Elaine Chao, reconoció que las cifras de empleo son «decepcionantes», pero confió en que el progresivo crecimiento de la economía, que atravesó una breve recesión en 2001 agravada por los atentados terroristas del 11 de septiembre de ese año, permita aliviar el aumento del desempleo.
Las cifras de hoy mostraron que Estados Unidos cerró el año con 130,7 millones de puestos de trabajo, después de haber alcanzado su nivel máximo de 132,46 millones en marzo de 2001. Tras conocerse las cifras de destrucción de empleo en Estados Unidos el euro disparó ayer su cotización frente al dólar, alcanzando su nivel más alto desde octubre de 1999. A media jornada, la divisa europea se puso en el mercado de cambios de Londres en 1,056 dólares, continuando su 'rally' alcista.