EUROPA PRESS-BRUSELAS
La Comisión Europea prosiguió ayer su batalla contra los desajustes
presupuestarios en los Quince con la aprobación de la segunda fase
del proceso por déficit excesivo contra Alemania, una alerta
temprana contra Francia y varias advertencias en los programas de
estabilidad para el periodo hasta 2006. En líneas generales, el
comisario de Economía y Finanzas, Pedro Solbes, consideró demasiado
optimistas las proyecciones de los Estados miembros cuyos programas
de estabilidad que han sido revisados (Francia, Alemania, Italia,
Grecia y Finlandia).
El caso más preocupante sigue siendo el de Alemania, a quien el Ejecutivo comunitario ha criticado importantes cuestiones relativas a las finanzas públicas y ha dado hasta el 21 de mayo de 2003 para comunicar las medidas tomadas o proyectadas para volver a situarse por debajo del límite del 3 por ciento de déficit público que establece el Pacto de Estabilidad. El Ecofin del próximo 21 de enero en Bruselas deberá abordar también la recomendación por déficit excesivo.
Según explicó Solbes en rueda de prensa, la Comisión pide al Gobierno alemán «poner fin a la situación actual de déficit excesivo lo más rápidamente posible». Para ello, deberá cumplir rigurosamente el presupuesto y aplicar íntegramente las medidas anunciadas para 2003. Llegado el caso, si las perspectivas de crecimiento no se cumplen, la Comisión se reserva el derecho de pedir a Berlín acciones suplementarias. El programa de estabilidad actualizado alemán apunta a que el déficit superó en 2002 el 3,75% del PIB (aun cuando preveía un 2%) y la deuda pública se cifró en 60,9% (casi un punto por encima del valor de referencia).
«El déficit excesivo registrado en 2002 no constituye un acontecimiento excepcional independiente de la voluntad de Alemania, ni una fuerte recesión económica», constata Bruselas, sino que se debe a que el déficit subyacente aumenta desde hace tres años, el crecimiento es inferior a las previsiones desde 2001, a los incrementos del gasto público y a que el impacto de la reforma fiscal ha sido subestimada.