EUROPA PRESS-SANA
Un presunto terrorista islámico asesinó ayer a tres médicos
estadounidenses e hirió a un cuarto en el hospital de los
misioneros baptistas de la ciudad de Jibla, en el sur de Yemen, uno
de los países en los que supuestamente la red Al Qaeda de Osama bin
Laden tiene sus bases. Este atentado está, de hecho, directamente
relacionado con el asesinato el pasado sábado de un alto cargo del
Partido Socialista yemení, y podría ser la segunda de una serie de
operaciones preparadas por un comando islámico buscado por las
autoridades.
El activista, identificado como Abed Abdel Razzak al Kamel y que fue reducido en el mismo lugar de los hechos, entró en el hospital Maaden simulando necesitar asistencia, aunque la forma en que lo hizo difiere según la fuente. Las primeras informaciones indicaban que llevaba una mano vendada, mientras que otros testigos presenciales explicaron que se había escondido un rifle semiautomático bajo la chaqueta como si en realidad cargara con un niño.
En cualquier caso, el individuo, de unos 35 años de edad, sorprendió a los médicos de los Estados Unidos en su habitual reunión matutina, matando a tres personas en el acto, el director del establecimiento y dos mujeres -una de ellas la médico jefe-, y persiguiendo a una cuarta por el pasillo e hiriéndola de gravedad. También en este punto existe confusión, ya que otros testigos afirmaron que la cuarta víctima se encontraba en la farmacia y fue tiroteada allí.
El responsable del atentado, que fue detenido de inmediato, afirmó a los investigadores que atacó el establecimiento norteamericano «para estar más cerca de Dios», según informó la cadena NBC citando fuentes de la Presidencia yemení. La cadena confirmó también que este individuo fue entrenado en el mismo campamento que el responsable del asesinato el pasado sábado en Sana del 'número dos' del Partido Socialista Yemení, Jaralá Omar; las investigaciones premilinares indican que ambos coordinaron sus ataques.