El precio del petróleo en los mercados internacionales termina el año acercándose cada vez más al nivel record alcanzado tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Si la situación en Venezuela, con la extracción y el refirno paralizados hace 25 días, no mejora, nada impedirá la subida de los derivados del crudo en todo el mundo, con la consiguiente alza de las gasolinas, que en España puede producirse en pocas semanas.
La escalada continuó ayer y, en el mercado de Londres, el barril de Brent del mar del Norte (referencia en ese mercado) para entrega en febrero se puso en 30,53 dólares, muy cerca de los 31,05 dólares que se pagaron tras los atentados del 11-S. En el mercado neoyorkino, la cotización del crudo de referencia para suministro en febrero terminó el viernes con un alza de 23 centavos de dólar, situándose en 32,72 dólares, su nivel más alto desde diciembre de 2000.
En lo que va de año, el crudo acumula un aumento de precio del 50% y, desde que se inició la huelga que paraliza en Venezuela el sector petrolero, su cotización ha subido a un ritmo de 1,5 dólares a la semana. Junto con la crisis venezolana, que supone la ausencia del mercado internacional del crudo procedente del cuarto exportador a EE UU, pesa en la inquietud y empuja al alza los precios el temor a la anunciada guerra contra Irak.
La preocupación es mayor en EE UU que en el resto de países importadores y, aunque el Gobierno asegura que ha bajado su dependencia del crudo venezolano, muchos expertos creen que la situación es crítica y recomiendan que se utilice la reserva estratégica constituida para casos en que se produzca escasez, que cuenta con casi 600 millones de barriles. En EE UU se consumen casi 19 millones de barriles diarios y, como consecuencia de la subida de su precio, el de los combustibles está subiendo.