Más de 300 delegados de diferentes corrientes de la oposición iraquí, reunidos en un congreso este fin de semana en Londres, dejaron ayer patente su unidad frente al «dictador Sadam Husein», mientras Estados Unidos aumenta su presión sobre el presidente iraquí. «Es una conferencia histórica para el futuro de Irak después de la dictadura», resumió en el primer día del congreso uno de los líderes de la oposición, Jalal Talabani, jefe del Partido democrático de Kurdistán (PDK), que comparte el control del norte de Irak con otro grupo de oposición kurdo.
«Creemos que los días de Sadam están contados», afirmó Ahmed Al Bayati, responsable en Londres de la Asamblea Suprema para la Revolución Islámica en Irak (ASRII), uno de los principales grupo de la oposición chií en Irak. Esta reunión, retrasada en varias ocasiones por las diferencias internas, se produce mientras Washington y Londres amenazan a Bagdad, acusado de mentir sobre su programa de armas de destrucción masiva. Tras el rechazo de Bruselas, Londres ofreció su hospitalidad a los participantes, preocupado, al igual que Estados Unidos, por el éxito de la reunión.
Washington designó recientemente a Zalmay Jalilzad, procedente de Afganistán, ex emisario presidencial ante Kabul, para que coordine la oposición a Sadam Husein. El papel que debe desempeñar Estados Unidos en el derrocamiento de Sadam Husein y en el futuro de Irak es uno de los puntos de discusión entre los seis principales grupos de opositores que organizaron la conferencia. Mientras, el jefe de los inspectores en desarme, Hans Blix, pidió a Bagdad una lista de los científicos que trabajan en los programas de vocación militar de Irak.