Rumanía, Bulgaria, Eslovenia, Eslovaquia, Estonia, Letonia y Lituania fueron invitadas ayer a convertirse en nuevos socios aliados en 2004. Pero la OTAN, según destacó su secretario general, George Robertson, dejará abierta la puerta para que Albania, Macedonia y Croacia, que han solicitado la integración, puedan incorporarse cuando cumplan las condiciones establecidas. Tres de los países invitados a sumarse a la Alianza, Estonia, Letonia y Lituania, pertenecieron a la antigua Unión Soviética y seis de los siete futuros nuevos Estados (menos Eslovenia) fueron «satélites» de Moscú en el desaparecido Pacto de Varsovia.
Además de lanzar la nueva ampliación, los líderes aliados aprobaron ayer una profunda transformación de la OTAN que culminará con la creación en 2004 de una Fuerza de Respuesta de unos 20.000 soldados capaces de intervenir en cualquier lugar del mundo donde se detecte una amenaza a la seguridad. La creación de esta fuerza, que «recurrirá a tecnología punta y será flexible, desplegable, interoperativa y apta para sostener operaciones prolongadas», viene dictada por la necesidad de responder rápidamente y en cualquier lugar a amenazas «incluso nucleares, biológicas y químicas».
La iniciativa de crear esta fuerza surgió de EE UU hace escasos meses y después de que la Unión Europea decidiera en diciembre de 1999 crear en 2003 una Fuerza de Reacción Rápida de 60.000 soldados para misiones de paz y humanitarias. Fuentes de la OTAN señalaron ayer que ambas fuerzas se complementarán y afirmaron que la decisión sobre cual de las dos será empleada dependerá de «si EE UU decide implicarse o no en una misión».
Los líderes aprobaron también un nuevo concepto militar que permitirá a la Alianza Atlántica hacer frente con eficacia a «cualquier ataque terrorista dirigido desde el extranjero». «Estamos decididos a disuadir y desbaratar cualquier ataque del que pudiéramos ser objeto y defendernos y protegernos conforme al Tratado de Washington y la carta de Naciones Unidas», subrayaron los líderes.