El primer ministro israelí, Ariel Sharon, ha ordenado al Ejército que distribuya 1.600 fusiles de asalto en los pueblos israelíes cercanos a los territorios palestinos de Cisjordania, tras el ataque del pasado domingo contra el kibutz Metzer en el que murieron tres adultos y dos niños israelíes. Sharón pidió al Ejército que aligere los procedimientos burocráticos necesarios para distribuir las armas a los pueblos y aldeas israelíes a lo largo de la línea de separación de Cisjordania.
Los líderes de los organismos municipales de ciudades y aldeas israelíes han instado al Ministerio de Defensa a que se dé prisa para construir vallas eléctricas alrededor de los municipios israelíes y se han quejado de que no tienen suficientes equipos para los «voluntarios de seguridad». Decenas de tanques del Ejército israelí entraron hoy en el campo de refugiados de Tulkarem en respuesta al ataque el domingo pasado en el que murieron cinco israelíes, dos de ellos niños de 4 y 5 años.
Por otra parte, el Ejército israelí penetró en la madrugada de ayer en el campo de refugiados de Tulkarem en Cisjordania y sus tropas y tanques patrullaron sus calles, como respuesta al ataque de un palestino contra el «kibutz» (granja colectiva) de Metzer. Testigos palestinos y fuentes de la seguridad dijeron que alrededor de 30 tanques, vehículos blindados y todoterrenos entraron en el campo. El alcalde de Tulkarem, Mahmud Yalad, informó de que las tropas del Ejército israelí asediaron el campo de refugiados, de 10.000 habitantes, y tomaron la calle principal.
Patrullas del Ejército disparaban de forma indiscriminada contra los edificios al entrar en la ciudad de Tulkarem, de más de 34.000 habitantes, donde obligaron a los alumnos de los colegios a volver a sus casas e impusieron un estricto toque de queda. Según Muhamad Haikal, representante de UNRWA, la agencia de la ONU responsable de los refugiados palestinos, en el campo de refugiados de Tulkarem las tropas se retiraron tras arrestar en su vivienda a Basam Sarhan, un trabajador de la ONU responsable de asuntos de salud. Haikal negó que Sarhan esté implicado en actividades de la resistencia palestina.