El presidente colombiano, Àlvaro Uribe, ordenó ayer que no se liberará a los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, jefes del desarticulado cartel de traficantes de cocaína de Cali, mientras persistan dudas sobre el fallo de un juez que los concedió la libertad.
Uribe anunció, asimismo, que «se investigarán» las razones del juez de Tunja, ciudad de centro del país, que ordenó la puesta en libertad de los hermanos. El juez Pedro Suárez argumentó que dispuso la libertad condicional de los Rodríguez Orejuela, que llevan siete años en prisión, por haber cumplido ya las tres quintas partes de la condena. Uribe insistió que ese fallo «compromete la dignidad de Nación, la credibilidad popular en las instituciones, el prestigio de la justicia y la respetabilidad internacional».
Suárez anunció el viernes en Tunja (centro), que había expedido la «boleta de libertad» para los hermanos Rodríguez Orejuela, presos en la cárcel de El Barne, cerca a esa ciudad, capital del departamento de Boyacá, a 135 kilómetros al norte de Bogotá. Según Suárez, los dos jefes mafiosos, con las rebajas de ley, ya cumplieron la parte de las penas de más de 20 años que da derecho a la libertad condicional.
Los hermanos Gilberto y Miguel, de 62 y 59 años, respectivamente, considerados por autoridades de EE UU responsables de introducir en ese país el 80 por ciento de la cocaína que allí se consumía en la década de los 80 y comienzos de los 90, fueron detenidos en junio y agosto de 1995.
El presidente Uribe insistió en que «no se entiende que un juez encargado de su despacho pueda producir una orden de libertad condicional que compromete los más altos intereses de la Nación sin consultarla con una instancia superior».
Uribe agregó también que, para que no se produzcan decisiones de esta naturaleza, «debemos tramitar leyes con urgencia, con fallos que reflejen el rechazo nacional a la impunidad y denoten firmeza».