La mayoría de los grupos políticos del Parlamento Europeo respaldaron ayer el fondo de las críticas del presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, a la rigidez del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, a excepción de los populares, que arremetieron contra el político italiano por haber «difamado la ley». El debate en el pleno de la Eurocámara demostró que sólo el grupo mayoritario en la cámara, y ni siquiera todas las delegaciones que lo componen, estaban tan furiosos como se dijo a finales de la semana pasada debido a las declaraciones de Prodi tachando el Pacto de Estabilidad de «estúpido» por «rígido» e «imperfecto».
En su alocución, el presidente del Ejecutivo comunitario respaldó el «espíritu» del Pacto, aunque defendió su flexibilización para mejorar la coordinación de las políticas económicas de los países de la Zona Euro. «Puede y debe ser mejorado», sentenció. «Ha sido algo precioso para la Unión Económica y Monetaria y la Comisión Europea, fiel y leal guardiana de los tratados, ha velado con rigor por su aplicación y así seguirá haciéndolo en el futuro», aseguró no obstante.
Prodi destacó que existe un problema de autoridad en la política económica puesto que por el momento se trata de un «instrumento coercitivo» para hacer respetar el rigor, «pero la coerción no siempre se cumple» puesto que al final se limita casi a una mera «invitación» a los Estados miembros. Anunció que su equipo presentará «propuestas para la mejora al mismo tiempo de la transparencia y el rigor del Pacto». «Lo haremos haciendo más claros los conceptos fundamentales del Pacto y los principios de base que deben guiar las políticas nacionales presupuestarias para tener en cuenta la realidad de la integración de la economía europea», manifestó.