La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, anunció ayer que el encargado de negocios de la Embajada de España en Bagdad, Fernando Valderrama, ha decidido dejar su cargo al frente de la legación diplomática. Palacio, que no quiso dar excesiva trascendencia a este hecho, aseguró que el diplomático será sustituído. La titular de Exteriores puso de manifiesto que «en este tipo de situaciones hay que destacar las condiciones extraordinariamente difíciles en que se desarrolla la labor de una misión diplomática en Bagdad».
Así, tras señalar que hay que entender que esa situación produce consecuencias, recalcó que «tampoco hay que darle una mayor trascendencia». De igual forma, especificó que «no hay una situación de tensión» con el Ministero y que la decisión de Valderrama «es una cosa sabida, que no es de la noche a la mañana y que se viene gestando». «Se sustituirá al encargado de negocios como se hace normalmente», aseguró, por último, la ministra.
Por su parte, el encargado de negocios de la Embajada en Bagdad confirmó ayer que ha presentado su renuncia ante el Ministerio de Asuntos Exteriores por «discrepancias» con el Gobierno respecto «al contencioso iraquí». «He presentado la dimisión porque no me parece correcta la postura del Gobierno español en su apoyo a la política norteamericana sobre Irak», afirmó.
Fernando Valderrama estaba destinado en Bagdad desde el verano del año 2000. El diplomático español indicó que «es jurídicamente insostenible la política norteamericana respecto a Irak y no puedo asumir la postura del Gobierno español de respaldo a EEUU». Por otro lado Estados Unidos finalmente ha dado su brazo a torcer y cedió a la presión de los demás países miembros de Naciones Unidas. Según fuentes diplomáticas, la casa Blanca ha decidido renunciar a la exigencia de que la nueva resolución que imponga el Consejo de Seguridad a Irak amenace al país con una invasión militar en caso de que el régimen de Sadam Husein se niegue a cooperar con las inspecciones de armas.