La policía indonesia ha detenido a dos indonesios y les está interrogando en el marco de la investigación abierta sobre el atentado que el sábado pasado provocó la muerte de 190 personas y heridas a otras 300 en Bali (sur), según anunció ayer un portavoz. «Hemos interrogado a 27 personas -nueve de ellas pakistaníes-, pero entre éstas, hay dos a las que la policía desearía interrogar en mayor profundidad», declaró en Yakarta el portavoz de la policía, el general Saleh Saaf.
Uno de los dos hombres se encontraba en la zona de Kuta, en Bali, cuando las bombas explotaron ante un night-club en un bar-restaurante y está relacionado con un hombre cuyo carnet de identidad se encontró en el lugar del atentado. El segundo hombre también tiene relación con el propietario del carnet, indicó el general a la radio, sin dar más detalles sobre este hombre. «Se niegan a responder o dan respuestas contradictorias, y nuestras sospechas se han reforzado», explicó. Los dos hombres sólo son calificados de «sospechosos» por el momento.
El atentado fue perpetrado con un explosivo militar de tipo C4, según indicó ayer el jefe de los servicios secretos indonesios, el general Hendropriyono. El C4 es un potente explosivo plástico. Por este motivo, las autoridades indonesias, al igual que Estados Unidos y Australia, sospechan de la implicación de la red terrorista Al Qaeda del multimillonario de origen saudí Osama bin Laden en el atentado.
Concretamente, el primer ministro de Australia, John Howard, dijo ayer que hay pruebas contra Jemaah Islamiya y Al Qaeda en el atentado de Bali, y pidió a la ONU la inclusión del primero en la lista de grupos terroristas, aunque no explicó los indicios hallados. Mientras, continúan las labores de asistencia a los heridos y la identificación de los cadáveres.