Un jurado de Los Angeles ordenó ayer a la multinacional tabaquera Philip Morris pagar 28.300 millones de dólares (29.000 millones de euros, es decir, 5 billones de pesetas) a una mujer de 64 años con cáncer de pulmón quien afirma que su adicción al cigarrillo se debió a que la empresa no le advirtió de los riesgos. Esta condena de daños «punitivos» es la más severa de la historia contra la industria tabaquera en un juicio individual.
Betty Bullock comenzó a fumar a los 17 años y consumía principalmente cigarrillos de la marca Benson and Hedges, hasta que le diagnosticaron su cáncer en febrero de 2001. La tabaquera señaló que recurrirá la sentencia y reclamará la organización de un nuevo proceso. «Philip Morris va a solicitar rápidamente al Tribunal que anule el veredicto y ordene un nuevo proceso. Si no se anula el veredicto, la compañía pedirá al Tribunal que reduzca la cantidad de los daños infringidos», apuntó la nota.
«Este jurado debió haberse centrado en lo que la demandante sabía sobre los riesgos para la salud por el hábito de fumar, y si cualquier cosa que la compañía haya dicho o hecho influyó impropiamente en su decisión de fumar o de no dejar de fumar», dijo William S. Ohlemeyer, consejero general asociado de Philip Morris. «En cambio, parece que su decisión se relaciona con temas de políticas más generales vinculadas con el fumar que no pueden decidirse con justicia en demandas como ésta», agregó el consejero de la multinacional.
Edward Sweda, abogado del Proyecto de Responsabilidad de Productos del Tabaco, un grupo no lucrativo con sede en Boston, calificó el veredicto como una «victoria tremenda para la salud pública». El récord previo para daños punitivos fue de 3.000 millones de dólares otorgado por un jurado de Los Angeles el año pasado a un fumador de Marlboro que murió posteriormente. Un juez redujo posteriormente la compensación a 100 millones de dólares.