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La ONU e Irak acuerdan la vuelta de los inspectores en un plazo de dos semanas

El pacto alcanzado ayer permite el «acceso sin restricción a todas las instalaciones»

Los representantes de la ONU e Irak anuncian en Viena el acuerdo para que regresen los inspectores.

FRANCE PRESS-VIENA
Las negociaciones entre Naciones Unidas e Irak en Viena dieron ayer su fruto al conseguir alcanzar un acuerdo sobre las modalidades para un eventual retorno a Irak de los inspectores en desarme, que tendrán acceso «a todos los sitios». Sin embargo, Bagdad decidió no dar su brazo a torcer respecto a las presiones de Estados Unidos sobre Naciones Unidas y anunció que rechazará cualquier nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que defina un nuevo régimen de inspecciones para su desarme.

Como era de esperar, el Gobierno de Estados Unidos reafirmó que su postura no ha «cambiado» acerca de la aprobación por parte del Consejo de Seguridad de la ONU de una única resolución sobre Irak. Por su lado, Naciones Unidas dio hoy un revés a Washington al negarle el aplazamiento del regreso de los expertos en desarme a Irak, mientras que Bagdad acusó al Gobierno de George W. Bush de querer torpedear las negociaciones de Viena.

El jefe de los inspectores, Hans Blix, anunció ayer en Viena que la ONU e Irak han conseguido poner a punto las modalidades para un eventual retorno a Irak de los inspectores en desarme que tendrán acceso «a todos los sitios». El jefe de la delegación iraquí, Amir Al Saadi, consejero del presidente iraquí, Sadam Husein, anunció que un primer equipo de inspectores podría llegar a Bagdad de aquí a dos semanas.

«En lo que respecta al acceso, se ha aclarado que todos los sitios serán sometidos a un acceso inmediato, sin condiciones y sin restricciones», pero las modalidades de acceso a los palacios presidenciales serán definidas por un memorándum de acuerdo firmado en 1998, recordó Blix. Según los expertos, el problema de las inspecciones en Irak era que los expertos en desarme de la ONU querían acceder sin obstáculos y sin condiciones a las instalaciones que Bagdad consideraba «sensibles», como los Ministerios de Defensa y de Información y la sede del partido Baas en el poder.

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