El presidente del Banco Mundial (BM), James Wolfensohn, urgió ayer a establecer un «calendario fijo» para que los países desarrollados eliminen los subsidios agrícolas y permitan a los países pobres competir en los mercados mundiales.
«Les urjo a actuar cuanto antes», dijo Wolfensohn durante su intervención en el plenario de la 57 asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el BM, en un discurso en el que subrayó que «hay mucho que se puede hacer por parte de los países ricos». Wolfensohn hizo un llamamiento en favor de lo que denominó «un nuevo multilateralismo» en el comercio, que incluya las opiniones de la sociedad civil y el sector privado de la economía.
«El viejo multilateralismo era entre los Gobiernos. El nuevo multilateralismo (...) debe hacernos a todos más responsables de nuestras acciones, mejores socios, capaces de escuchar mejor y de repartir mejor», manifestó el presidente del BM. Wolfensohn dijo que «un mejor multilateralismo repercutirá en mejores resultados para el desarrollo».
Wolfensohn puso plazos concretos para conseguir resultados concretos en la lucha contra la pobreza y pidió que «todos juntos tenemos que fijar el año 2015 como plazo para conseguir resultados». El Banco Mundial ha reiterado que conseguir un sistema comercial mundial justo pasa por la eliminación de las barreras arancelarias y los subsidios con los que países desarrollados hacen imposible la exportación de los productos de las naciones pobres.
Se trata, en definitiva, de conseguir un mundo más equitativo desde el punto de vista económico, porque es «insostenible» que el 15 por ciento de la población controle el 80 por ciento de la riqueza que se genera en el planeta, según Wolfensohn. «La búsqueda de un mundo más igualitario es una búsqueda en favor de una paz a largo plazo, algo que el poder militar nunca puede conseguir por si mismo», dijo el presidente del BM.