El Gobierno de Costa de Marfil admitió ayer que se enfrenta a un «intento de golpe de Estado», aunque dijo tener la situación «bajo control» y mostró en televisión imágenes del cadáver del general Robert Guei, supuesto cabecilla de la revuelta. Además de Guei, quien según fuentes oficiales murió en Abiyán en un enfrentamiento con las tropas leales al presidente Laurent Gbagbo, también resultó muerto el ministro del Interior, Emile Boga Doudou, en circunstancias aún sin aclarar.
La muerte de Doudou fue confirmada desde Roma por Gbagbo, que se encontraba de visita oficial en Italia cuando estalló la revuelta protagonizada unos 750 efectivos del Ejército disconformes con los planes del Gobierno de desmovilizar a miles de militares. Por el momento se desconoce el número exacto de víctimas mortales en los combates entre los amotinados, mientras el Ejército admitió anoche la muerte de al menos 80 fieles al Gobierno.
La situación ha obligado al Gobierno a instaurar el toque de queda en todo el país, según anunció en televisión el ministro de Defensa, Moise Lida Kouassi, quien asimismo afirmó que la situación está bajo control. Un portavoz presidencial confirmó desde Roma que, pese al motín contra su Gobierno, el jefe de Estado marfileño mantiene su agenda y tiene previsto acudir hoy a la residencia papal de verano de Castel Gandolfo, donde será recibido en audiencia por Juan Pablo II.
La sublevación estuvo aparentemente organizada por Guei, el general que había gobernado el país desde diciembre de 1999 hasta finales del 2000 tras derrocar, al frente de una junta militar, al gobierno constitucional de Henri Konan Bedie. Una revuelta popular obligó a Guei a dejar el poder y le impidió arrebatar el Gobierno por medios fraudulentos a Gbagbo, el ganador de las elecciones realizadas tras la asonada contra Konan Bedie.