Doce meses después de los atentados terroristas del 11 de septiembre contra Estados Unidos, los efectos que se han derivado en la economía balear no han sido los esperados en su día. Analistas, touroperadores, hoteleros, grupos turísticos y hasta el propio Govern coincidieron en octubre y noviembre en que Balears podía ser el destino vacacional refugio para los centroeuropeos, máxime a raíz del comienzo de la guerra en Afganistán.
Han pasado los meses, el conflicto bélico en Afganistán está prácticamente olvidado y aquellos destinos turísticos que a priori iban a verse perjudicados, a posteriori se han convertido en los principales competidores de Balears.
En la World Travel Market de Londres, feria internacional de turismo que tiene lugar cada mes de noviembre, ya se puso de manifiesto este hecho, de ahí los comentarios positivos que hubo sobre el destino España, en concreto para los dos archipiélagos. Para el responsable del Departamento de Economía de CAEB, Vicenç Tur, «es cierto que se dijo que seríamos un enclave refugio y que nos llevaríamos el turismo de otros destinos vacacionales. Al final, ha sucedido todo lo contrario y se ha producido un bajón de visitantes que a final de año será del 10 por ciento. Esto provocará una reducción importante en la producción turística, con efectos directos e indirectos en todo el tejido empresarial y laboral de las Islas».
Tur añade que Turquía, Egipto y Túnez, países que iban a verse afectados por un descenso del turismo al estar próximos al conflicto bélico de Afganistán, «han logrado recuperarse a base de campañas agresivas de promoción y de ofertas y descuentos. Han recuperado parte de la cuota de mercado perdida, en especial en el Reino Unido y Alemania, y superado las peores previsiones sobre su evolución económica, política y turística. Otros países, caso de Croacia y Bulgaria, se han beneficiado del turismo familiar centroeuropeo, que ha optado por viajar en coche y no utilizar el transporte aéreo, que es el que se vió más afectado por los atentados del 11-S».
Las perspectivas a corto y medio plazo no son muy optimistas para los intereses de Balears, dado que hay en ciernes una potencial intervención militar de Estados Unidos y el Reino Unido contra Irak, que hará rememorar la crisis de la Guerra del Golfo en materia financiera, económica, empresarial y laboral. En este sentido, los economistas consultados coinciden en señalar en que «nos encontramos en una época cargada de dudas sobre la evolución económica, el miedo a nuevos ataques terroristas y desconfianza, una mala situación a la que se añade una posible guerra en la principal región productora de petróleo del mundo».