Miles de manifestantes marcharon ayer por las principales ciudades de Argentina en una nueva jornada de protesta por la crisis económica bajo la consigna «que se vayan todos, para que decida y gobierne el pueblo». Como en otras ocasiones anteriores, las marchas de trabajadores, desocupados y activistas políticos interrumpieron el tráfico en autopistas y puentes de acceso a Buenos Aires y algo similar ocurrió en las vías de comunicación a otras grandes ciudades.
La protesta fue organizada por la Central de Trabajadores Argentinos, una de los tres grandes grupos sindicales del país, y los diputados Elisa Carrió y Luis Zamora, líderes de fuerzas políticas de izquierdas, así como organizaciones de desocupados. En las principales ciudades argentinas se sucedieron los actos de repudio a la política económica del Gobierno y al Fondo Monetario Internacional (FMI) y en defensa de la salud y la enseñanza estatales.
Al mismo tiempo, en Buenos Aires, grupos de «piqueteros», como se llama a los desocupados que cortan calles y carreteras con sus protestas, se manifestaron frente a las sedes del instituto de seguridad social y de uno de los grandes hospitales públicos de la ciudad. También hubo protestas ante las sedes de la petrolera Repsol YPF y Telefónica de Argentina, empresas de capital español que compraron la antigua petrolera estatal YPF y parte de la telefónica EnTel, respectivamente.1