Los grupos pro derechos civiles consideraron ayer «una enorme victoria» el serio revés sufrido en los tribunales por la política antiterrorista de George W. Bush, que esperan combatir en breve ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos.
En una decisión que puede tener influencia en centenares de casos semejantes, un tribunal federal de apelaciones de Detroit (Michigan) declaró el pasado lunes anticonstitucional la decisión del departamento de Justicia de celebrar audiencias a puerta cerrada sobre la posible deportación de un ciudadano libanés investigado por terrorismo.
De forma unánime, los tres jueces del tribunal señalaron que «un Gobierno que opera a la sombra del secreto está en completa oposición a la sociedad que vislumbraron los autores de nuestra Constitución». «El fallo supone una clara afirmación de los derechos civiles y de la necesidad de una sociedad abierta», dijo a EFE Kary Moss, portavoz de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU).