El jefe del brazo armado del Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamas) en Cisjordania, el jeque Yamal al-Idye, fue detenido ayer en el campo de refugiados palestinos de Jenín. Al-Idye es acusado por los organismos de seguridad israelíes de ser responsable de «decenas de ataques», entre ellos los perpetrados por dos suicidas de Hamas, uno en un restaurante árabe de Haifa y otro el pasado día 4 en un autobús de línea en Galilea. En una campaña sistemática para apresar a los cabecillas del alzamiento palestino, que dura ya casi dos años, se decía que Al-Idye era el «número uno» entre los activistas más buscado del Movimiento islámico.
El apresamiento del jefe de los «Batallones de Azedín al Aksa», el brazo armado de ese movimiento, coincidió con un anuncio sobre el arresto de siete ciudadanos árabes de Galilea sospechosos de estar implicados en ese ataque contra el autobús, en el que murieron nueve personas y 50 resultaron heridas. El Ejército israelí invadió el campo de Jenín como parte de esa operación para someter a unos 200 combatientes de Hamas y la Yihad Islámica, 42 de los cuales perdieron la vida, según fuentes militares. Entre las fuerzas israelíes murieron 27 soldados.
Durante el asedio de comandos de la Marina israelí y del cuerpo de infantería «Golani» a la casa donde se hallaba Al-Idye, donde también detuvieron a su asistente, Isam Yarar, fue herido un oficial por disparos de un francotirador de la resistencia, informaron las fuentes. No se sabe si hubo víctimas entre los activistas o la población del campo de Jenín, situado junto a la ciudad homónima, donde el Ejército israelí comenzó sus operaciones para la búsqueda de «terroristas», armas y explosivos.
Por otra parte, el Tribunal Supremo de Israel aplazó ayer su decisión sobre la legalidad de la deportación de tres palestinos de Cisjordania a la Franja de Gaza, en un caso que puede frenar, o por el contrario relanzar, la aplicación de ese castigo por parte del Ejército israelí. Los tres afectados son acusados por los cuerpos de seguridad israelíes de estar implicados personalmente en ataques contra Israel, al prestar ayuda logística a sus hermanos. El fallo del Supremo es de una gran importancia debido a que si decide aceptar su expulsión se creará un precedente que puede dar paso a una cadena de deportaciones.