El festivo bancario dispuesto el martes en Uruguay se prolongará lo que queda de semana, mientras el Gobierno espera que las negociaciones internacionales en curso le reporten «oxígeno» para superar la crisis del sistema financiero. El ministro de Economía y Finanzas, Alejandro Atchugarry, negó ayer la posibilidad de aplicar en Uruguay un «corralito» financiero como el que rige en Argentina y señaló que el Gobierno uruguayo busca «defender a los ahorradores, no salvar bancos».
«Descarto totalmente el corralito, estamos justamente en la inversa y para ello estamos trabajando; es el único plan que no vamos a aplicar», aseguró el ministro tras anunciar que los bancos seguirán cerrados esta semana. Atchugarry señaló que están «bien encaminadas» las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos internacionales para recibir una ayuda «próxima» a los 1.500 millones de dólares.