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La policía afgana frustra un complot para asesinar al presidente Karzai

Los detenidos, relacionados con Al Qaeda tenían un coche bomba

EUROPA PRESS-KABUL
La Policía secreta afgana anunció ayer que había desbaratado un complot contra uno o varios dirigentes afganos, entre los que figuraría el presidente del Gobierno de transición afgano, Hamid Karzai, tras detener en la capital un coche-bomba con dos hombres, que se sospecha estarían relacionados con la red terrorista Al Qaeda del multimillonario de origen saudí Usama bin Laden. «La investigación inicial muestra que pensaban asesinar a un alto responsable del Gobierno o al presidente en persona, o atacar cualquier propiedad extranjera», declaró el director de la Policía.

«Si fracasaban en estos dos tipos de blancos, querían matar a tantas personas como fuera posible», añadió, confirmando que los dos presuntos terroristas, uno de ellos extranjero, fueron detenidos ayer por la mañana después de un accidente de tráfico con su automóvil, que resultó estar repleto de explosivos. «Según nuestros especialistas en desminado, el coche podía matar a personas en un radio de 500 metros. Tenía la capacidad de destruir dos edificios residenciales si explotaba entre ellos», precisó.

Las puertas del vehículo estaban llenas de explosivos de tipo C4, y de tuercas para maximizar los daños infligidos, según el general Djurat, director de la seguridad pública en el Ministerio de Interior. Los presuntos terroristas «querían estacionar el coche cerca de una personalidad y hacerlo explotar a distancia», añadió. Sin embargo, según el jefe de la Policía secreta, «los primeros indicios se inclinan hacia un atentado suicida. El otro factor que nos ha hecho creer que se trataba de un ataque suicida es que el principal sospechoso no es afgano», puntualizó.

De acuerdo con Saleh, el sospechoso extranjero no es paquistaní, contrariamente a una suposición del general Djurat, pero, afirmó, «existe una variedad de grupos terroristas alineados con los talibán y Al Qaeda y es de una de esas nacionalidades». Se supone que tanto Al Qaeda como los talibán afganos, cuyo régimen cayó el año pasado, han empleado combatientes procedentes de Africa del norte, de Oriente Próximo, del Cáucaso y de Asia central.

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