El canciller alemán, Gerhard Schroeder, cesó ayer a su ministro de Defensa, Rudolf Scharping, a consecuencia de un escándalo de supuestos honorarios irregulares y tras meses de controversia sobre la gestión de ese político socialdemócrata. El jefe del Gobierno germano comunicó ayer la decisión de proceder a este nuevo cambio ministerial, el octavo que se produce desde que inició la actual legislatura y a nueve semanas de las elecciones legislativas del 22 septiembre. Schroeder comunicó, asimismo, que ha propuesto al presidente alemán, Johannes Rau, al hasta ahora jefe del grupo parlamentario del Partido Socialdemócrata (SPD), Peter Struck, como sucesor de Scharping al frente de Defensa.
En una breve intervención ante la prensa, al término de una reunión urgente de la cúpula del SPD convocada a media mañana, Schroeder dijo que la decisión respecto a Scharping obedece a que no hay ya «la necesaria base de confianza» para una futura colaboración con Scharping. El relevo de Scharping se produce tras el escándalo desatado por el presunto cobro de unos 140.000 marcos (71.600 euros) entre 1998 y 1999 de una empresa de relaciones públicas en concepto de honorarios por tres conferencias y la publicación de sus memorias. Las leyes alemanas no autorizan a los ministros a percibir este tipo de emolumentos durante el ejercicio del cargo.
El hasta ahora ministro se defendió de esas acusaciones con el argumento de que los honorarios correspondían a conferencias pronunciadas antes de acceder al cargo. A éste se suceden otros escándalos anteriores con Scharping de protagonista, como el suscitado por unas fotos en Mallorca con su novia Pilatti. Unos meses después, Scharping tuvo que comparecer ante la comisión de Defensa del Parlamento para dar explicaciones acerca de sus habituales desplazamientos, con aviones oficiales, a Frankfurt, donde vive Pilatti.