George W. Bush cedió ayer los poderes presidenciales al vicepresidente, Dick Cheney, y los recuperó dos horas y 15 minutos después, una vez concluida la exploración médica a la que se sometió en Camp David (Maryland). La prueba, una colonoscopia que requirió anestesia general, «no ha revelado la presencia de pólipos, recurrencias o anomalías», informó el médico personal del gobernante estadounidense, Richard Tubb.
Los médicos habían recomendado a Bush, que cumplirá 56 años el próximo sábado, que se sometiera a esta prueba porque en 1998 y 1999 le extirparon cuatro pólipos benignos de colon. Según los médicos que le atendieron, Bush no tendrá que someterse a una nueva revisión de este tipo hasta dentro de cinco años.
En otro orden, el presidente de EE UU instó al Congreso a que apruebe su plan de reforma financiera ante la preocupación que tiene de que escándalos corporativos como el de WorldCom puedan dañar la confianza del público en el sistema bursátil y perjudiquen la recuperación económica. «El Gobierno investigará a fondo cualquier informe de fraude corporativo y hará responsable de sus acciones a las partes culpables que engañen a sus accionistas y empleados», sentenció Bush durante su discurso radiofónico de los sábados.