El presidente palestino, Yaser Arafat, dijo ayer en unas declaraciones que la construcción de un muro de seguridad «es una medida racista y sionista que no podemos aceptar. Lo rechazamos por completo y lo resistimos con toda nuestra fuerza».
El muro de seguridad, que se construye a lo largo de 130 kilómetros de la llamada Línea Verde, separará Israel de Cisjordania para evitar «la filtración de terroristas palestinos».
Arafat se refirió también a las críticas realizadas por la Consejera estadounidense de Seguridad Nacional, Condoleeza Rice, quien en una entrevista hecha pública el domingo dijo que «la Autoridad Nacional Palestina (ANP) está corrompida y llena de terror, y no es la base para la creación de un Estado palestino».
Según el presidente palestino, Rice «no tiene derecho a darnos
órdenes. Nosotros hacemos lo que creemos adecuado para nuestro
pueblo».
En otro orden, un asesor de prensa del ministro israelí de
Exteriores, Simón Peres, desmintió ayer que éste último dijera en
Sofía que ha alcanzado un acuerdo con negociadores de la ANP para
la creación de un Estado palestino en 8 semanas.
Horas antes, también la ANP había desmentido la existencia de ese supuesto acuerdo y el ministro de Gobernación Local, Saeb Erekat, aseguró que no hubo ningún contacto con Israel.
Por otro lado, más de cien jóvenes palestinos se examinan en centros de detención israelíes, donde permanecen retenidos después de la ofensiva israelí contra Cisjordania con arrestos masivos desde el 29 marzo de 2002, según la organización palestina de derechos humanos Al-Qanun.